El silencio se ha vuelto una costumbre, triste pero cierta, algunos diran que es indiferencia, otros que es derrotismo, sin embargo para mi es paciencia y esperanza.
Quisiera pensar que mi alejamiento ayudará, tal vez no a ellos, pero si a mi, a reencontrarme, a definirme, a conocer mis fortalezas y mis debilidades, a saber hasta que punto puedo y debo llegar, a aprender a confiar en Dios y seguirlo.
Debo confirmar que tanto de lo que sé es real, confrontarlo y encontrar mi visión, mi forma de hacer las cosas.
Caidas he tenido y seguiré teniendo, y sin embargo su mano siempre me ha levantado y me ha restaurado.
Así que a ti Señor confirmo mi vida, haz de ella lo que tu esperas, y usame como la herramienta para cumplir tus propositos, a ti me entrego totalmente, muestrame el camino al que me quieres llevar, aquel en donde mi ser sea de bendición.
Sé que no debo voltear, sé que tu ya no me quieres en ese lugar, sin embargo cuidalos y enseñales a ser misericordiosos, que tu voluntad simplemente sea.
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