lunes, noviembre 10, 2014

#YaMeCanse

A raíz de lo acontecido en las últimas semanas en México, no me queda más que pensar que somos el resultado de un estado que no ha funcionado durante muchas décadas, y que no lo vamos a resolver en menos tiempo del que nos ha traído hasta aquí.

Llevamos tantos años dejando a los partidos políticos controlar el país, que han desviado su curso perdiéndose en una estrategia única, la "Búsqueda del poder", sin importar que o quién se vea afectado por dicha estrategia, el problema es que les hemos comprado una y otra vez la idea de que hay un caudillo o una corriente que viene limpia, y eso es un gran error, he visto buenos elementos que forman parte del sistema, con buenas ideas y muchas ganas de hacer las cosas bien, que son absorbidos y en algunos casos desechados de la gran maquinaria.

El poder es mucho más que buenas intenciones y los que lo tienen, han llegado a acumular tanto poder, tantas deudas, y tanta información que están seguros que nada los puede tirar y por desgracia pareciera ser cierto, la frase "Plata o Plomo" ha generado un contexto tal, que nadie está libre de pecado, todos tenemos cola que nos pisen, quién no ha dado una mordida, o se ha hecho de la vista gorda cuando ve una injusticia, siempre habrá un pretexto que mitigue el hecho de haber cometido una falta, pero independientemente del contexto, la falta existe, y a veces apelamos al criterio, pero aún así el error está cometido.

Lo más claro del asunto es que como seres humanos somos por naturaleza egoístas y no medimos las consecuencias de nuestros actos, el sistema está hecho por seres humanos y como tal tiene falencias y esas fallas tienen consecuencias.

Como ejemplo, la presencia de un proyecto de infraestructura que pasa por encima de una comunidad y que puede beneficiar a millones de ciudadanos pero afecta a decenas. Y ¿que pasa con ellos?, pues es muy simple: se pasa por encima de ellos marginándolos, y abogando por un bien mayor... hasta ahí no hay tanto problema por que es una minoría, ¿ó NO?, luego viene otro proyecto con características similares y genera otra minoría de marginados, y así de manera continua durante décadas, y muchas veces se pasa por encima de las mismas comunidades de manera sistemática.

Es necesario entender que no se puede esperar que el marginado se quede esperando que le vuelvan a pasar encima hasta el fin de sus días, en algún momento levantará su voz, y a veces no nos gustará la forma en que se levante, pero hay que entender que ya no estará dispuesto a soportar más afectaciones.

Eso es lo que estamos viviendo, vivimos en un sistema que nos ha ido vacunando poco a poco para soportar cada vez más los abusos y agradecer cuando no los vivimos personalmente o no le pasa a gente cercana a nosotros, es como una especie de "Síndrome de Estocolmo", en la cual malinterpretamos la ausencia de violencia contra nuestra persona o nuestro entorno, como un acto de humanidad por parte del abusador o en este caso de los grupos criminales.

Hace un mes visité Torreón y Zihuatanejo y en ambos lados me comentaron la misma situación, diciéndome que llevaban meses muy tranquilos, que la cosa había mejorado, que ya solo se veían uno o dos muertos por semana, en Torreón un taxista me dijo "Apenas ayer encontraron a un taxista ejecutado, pero seguro andaba en malos pasos, por lo demás, la situación ha mejorado mucho", como si el que anduviera en malos pasos atenuara la situación de que lo hubieran ejecutado, o habrá sido que la consecuencia de caminar por donde no se debe, no te garantiza sobrevivir y eso justifica ser víctima de un acto reprobable.

Cuando seguimos esas líneas de pensamiento se empiezan a entender muchas cosas, que si la única forma que conoce una persona de vida es la de la delincuencia organizada, en la que ve a las demás personas como un granjero ve a sus animales y esa persona justifica un acto barbárico como la única forma que conoce para obtener una remuneración económica, entonces igual se puede entender que un grupo asesine de manera inhumana a quienes considera del grupo contrario o lo que es peor solo sigue las órdenes, sin pensar en las consecuencias de lo que su líder le está pidiendo, ese es el contexto al que hemos llegado. 

Pero las grandes preguntas que me quedan son:

¿Podemos seguir aguantando un sistema que sigue endureciendo el contexto?
¿Será que vivimos con Síndrome de Estocolmo?
y en ese caso ¿Quién es el abusador, el crimen organizado o el Estado?
¿El contexto realmente justifica o atenúa un acto criminal?
¿Aún no estamos cansados?