Mi asiento es el 19A, es decir que voy en ventanilla viendo como vibran incesantemente las alas de el Boeing 737-700 de Aeromexico con rumbo a Monterrey, seguramente estamos sobrevolando el estado de Queretaro, o tal vez ya estamos sobre Guanajuato.
Las sobrecargos se acercan con el carrito de las bebidas y no he decidido que voy a tomar, se me ocurre pedir un vodka, pero después me acuerdo que apenas voy a reunión, pero sobretodo que no tomo nada de alcohol, ni modo será un refresquito o un jugo.
Atrás de mi se encuentra una niña como de 7 años pateando mi asiento, pero no me puedo quejar porque he estado en la situación de sus padres.
En las pantallas pasan un trailer de Furia de Titanes, y recuerdo que aún no he podido verla y lo peor es que hoy tenía boletos para la premier de Iron Man 2 y por este viajecito me la voy a perder.
En el ipod suena The Kooks, con Naive, y pienso que debería estar en casa jugando Band hero, en vez de estar viajando tantos kilómetros para que me digan, aquí está el plano, ¡¡¡a trabajar!!!
Se enciende el foquito de ajustar cinturones y anuncian por el sistema de sonido que estamos por entrar a zona de turbulencia. Pero como normalmente no me lo quito, entonces hago caso omiso y sigo escribiendo.
La gente camina por los pasillos, cabecea, se asoma por las ventanillas, hojean la revista aerea, y yo estoy tan aburrido, que escribo un post sin sentido.
Claro que si viajara en virgin, o en otra aerolinea con wi-fi, podrían estar viendo en tiempo real mis desvarios, pero como en las aerolíneas mexicanas no ha llegado el primer mundo, tendré que esperar a conectarme en tierra.
En fin, así son estos viajes…